ESPERA...DESTELLOS A CONTINUACIÓN

agosto 31, 2007

INUSITADO ENCUENTRO


Llevaba 7 horas conduciendo por la ruta. Mi cuerpo no daba más. Y la carga que debía entregar en Santiago hacia que mi velocidad no superara los setenta kilómetros por hora.
Recordé a mi esposa, que me espera después de dos meses, impaciente por garchar toda la noche. También a Margarita, una mesera. Que siempre con los brazos abiertos me acoge en su morada en los Vilos. Es que esta vida es un juego con algo de responsabilidad.

Pasaba por Curicó y la presencia de alguien a unos seiscientos metros distrajo mi vista de las líneas entrecortadas. Era una persona mayor, por lo menos calculé unos sesenta y cinco años. Era una dama. Bajé la velocidad de la mole que llevaba a mi cargo y la estacioné justo donde ella se encontraba. -Hacia dónde viaja señora – pregunté.
-Voy a Santiago hijo. -Suba, yo voy para esos lados. Emprendimos el viaje, y comenzó nuestra conversación.

Como toda dama de esa distinción, ya que se notaba en la forma de vestir, su perfume y su tono suave como si los años no hicieran efecto en sus cuerdas vocales, me contaba sus anécdotas de vida. Y que ahora se dedicaba a viajar después de la muerte de su marido, hace más de quince años. Llegamos a Rancagua y después de tanto mover la mandíbula emitiendo palabras, creamos una confianza, pero mi demonio salió a la luz. Y no aguantaba más la pregunta que yacía en mis pensamientos.
-Angélica, usted ha tenido a otro hombre en su vida después de la muerte de su marido.
–Mi esposo falleció y han sido quince años de soledad. – eso quiere decir que en todo este tiempo, no ha tenido el placer de conocer a un hombre que le haga sentir las mismas ansias de llegar al clímax del placer. –ninguno.
-Eso no quiere decir hijo mío, que las ganas han desaparecido, al contrario; cada noche sueño que un semental golpeará mi puerta y me llevará en un viaje de orgasmos. En mis sueños experimento lo que hace muchos años atrás mi esposo lograba con mi cuerpo. Siento aún sus manos tocando mi sexo, mis pechos encendidos como un volcán. Y los movimientos pélvicos me excitan, pero despierto y sólo es un sueño.
Yo estaba alucinado con su relato, más bien erecto. Una vieja hablándome de placer, goce y satisfacción. Ensimismado y atónito pisé el embriague, puse neutro y el freno lo fui apretando levemente hasta detenerme en la berma. La miré a los ojos firmemente como un buen camionero, sin nada que esconder y con la verdad ante todo.
-Yo seré el semental que buscaba. –Pero podrías ser mi hijo. –Digamos entonces que es un favor que estoy haciendo para su dicha.

Acomodé la litera, me desnudé y la llamé al encuentro desinhibido de los cuerpos. Estaba impactada en un principio, con sus ojos desorbitados y su mente abstraída. Sin embargo, no fue mucho lo que hice; pues sacó desde su interior a una hembra en celo. Soltó quince años de encierro en media hora, su cuerpo no fue impedimento para realizar movimientos como una mujer de treinta años. Desesperada besaba completamente mi fisonomía, gritaba en sus topes de placer, la cabina se movía por completo y no creo que haya pasado desapercibido en la carretera.

Terminamos nuestro encuentro. Y ella agradecida por lo consumado, ya no parecía opacada por la reclusión de su lujuria. Seguimos camino a la Capital.

agosto 28, 2007

CARTA DE UN VIEJO POETA DESQUICIADO

Buenas tardes. Sí, en estos momentos estoy viendo fuera de mi ventana, un aromo que irradia un color vivo de su flor amarilla; y con forma de copo de nieve de caricaturas japonesas. Irradia, debido a que existe un sol imponente en las alturas, marcando la presencia de un Dios. Que por millones de años nos ha observado, agasajándonos con ese calor majestuoso que genera vida.
Pero bueno, no les vine a hacer poesía a ustedes jóvenes de este mundo intransigente y poco serio de hoy. Estoy haciendo una carta, y en esa carta me quiero burlar de sus mentes, bueno en realidad tampoco quiero eso. ¿Y qué es lo que quiero?, en fin. Pero ¿por qué se me ocurrió hacer esto? Ah!, ya me acordé, es que ya esta memoria falla de vez en cuando. Bueno la cosa es que, se me había ocurrido hacer esta carta joven lector, cuando por mi mente pasó la imagen de una bella mujer, que conocí en un night club… está bien, no nombraremos la ciudad para que no se sientan mal mis colegas de aquellos años. Como les contaba, esta señorita provista de una belleza maravillosa, engatusó a este viejo desquiciado y morboso; en esos años. (No se preocupen señoritas lectoras no soy un “viejo verde”). Y mientras caminaba por aquella barra de madera que nos separaba y sensualmente me saludaba, y más aún cuando eres tan joven y observan esa timidez que florece de un proceso de cortejo. Me sedujo y llevo los pensamientos más sucios a mi mente. Quien pensaría que después de visitarla seguidamente a ese antro, conseguiría salir con ella. Como los caballeros no tenemos memoria, omitiremos algunos comentarios que no saldrán en este capítulo debido a que ahora está orientado hacia todo el género juvenil, por lo cual en una próxima edición haré un capítulo solamente para señores, donde depositaré todas aquellas palabras ocultas que desean oír. Y que según mi parecer la aplicará en su vida cotidiana, mejorando en demasía vuestro placer sexual. La joven que sea sorprendida leyendo aquel capítulo, será citada al
tribunal de delitos contra el abuso de lectores porfiados que no entienden el mensaje de los derechos de autor.
Y será sentenciada a una suspensión de la lectura con una pena de hasta tres años y un día en el recinto de no lectores del país. Donde serán puestos en una pieza blanca completamente, acompañada de una cama con sábanas y frazadas del mismo color. Un inodoro blanco… todo blanco. Los guardias que vigilarán estarán completamente de negro y no llevarán su identificación para que la pena sancionada sea justa y severa. Así que señoritas lectoras si no siguen al pie de la letra mis mensajes me veré en la obligación de denunciarlas.
Como les relataba, me reuní con esta dama cerca de su hogar, caminando por las calles de su barrio. Y pude percatar a otra persona fuera de aquel lugar. Así fue varios días, hasta que en el último de aquellos cerramos pacto con un beso. Un beso inolvidable y que se los cuento mis jóvenes lectores. Y por eso ella comenzó esta carta, les iba a hacer una frase que dijera: “los viejos tenemos historias. Pero que algún viejo diga si transformó a una prostituta en mujer”.
Sólo un viejo poeta desquiciado como yo lo pudo conseguir, no es que sea una frase machista, bueno señoritas lectoras no tiene ningún toque de feminismo mi frase, pero que importa, ya estoy viejo y desquiciado. Y si tienen algo que decir, díganle a mi abogado, que él se las arregle con ustedes. Ya estoy en otro plano para estar en embrollos con adolescentes llenas de feromonas.Las cartas siempre son extensas, ¿se han dado cuenta? Parece que en ellas reflejamos la necesidad de comunicarnos. También palabras que en momentos de convivencia personal no somos capaces de decir, debido a nuestra cobardía. yo fui cobarde, hoy sólo oriento a vuestros morbosos pensamientos a ver la luz, a aplicarlos. basta ya!!, de prejuicios y de madres inconscientes que no permiten la liberación de sus hijos. Si quieren tener sexo, haganlo... "TODO LO QUE HAGAS ESTÁ PERMITIDO, ESA ES LA LEY".asi que mis jóvenes lectores no duden poner en practica lo que se les venga a la mente.